16 febrero, 2015

¿Fingir hasta hacerlo? ¡Qué va!

Casi todos nosotros hemos oído la frase "Finge hasta hacerlo." ¿Te suena bien, no? Tal vez de vez en cuando... El problema es que incita que la gente no sea ellos mismos, y es francamente ficticio.

Todos queremos ser exitosos, felices y reconocidos. Queremos estar con la persona perfecta. En Realidad, todos somos defectuosos, y necesitamos aceptarlo y ver lo bueno en los demás. Claro, debemos creer en nosotros mismos y procurar mejorar, pero algunas personas se engríen al grado de que comporten como si el mundo se les gira en torno a ellos. Muchos les siguen para que no se presenten mal.

La manera por la que muchas partes de la sociedad vean a los introvertidos es problemático. Muchos que no son "sociables" se ven rehuidos a veces. Los introvertidos tiene su propio inventario de fuerzas, comúnmente menos externales. Por ejemplo, rehusar desquitarse de alguien (aunque sea tentador) puede manifestar más potencia que los que estén prestos a vengarse.

Me decidí en escribir este después de (repetidamente) oírle decir alguna chica que a ella cierto tipo no le cae bien porque ella cree que él no tiene confianza suficiente. Eso me bastó. Mi esperanza es que por lo menos una persona beneficie en este.

Juzgar a los demás según cuan seguros que te parezcan es injusto. Mira además del semblante para ver las buenas cualidades que tiene la gente. En vez de desatender a alguien y degradarlo, ampáralo. Puede efectuar la diferencia.

 La confianza aproxima y se va según el lugar y tiempo. Todos tenemos situaciones de confianza abundante, y otras con una falta de la misma. Algunos tienen confianza durante exámenes del cálculo, pero no tanto durante una cita. Otros son opuestos.

Es grandioso si una persona se estima mucho casi siempre, pero no se lo exijas fácilmente a los demás. Todos tenemos distintas debilidades, y necesitamos ser francos para con los demás, más bien que encerrar los sentimientos y fingir que todo es estupendo. Esto nos estanca poder servir a los demás, puesto que tantos de nosotros nos presentamos distinguidos. 

La expiación de Jesucristo nos ayuda a superar debilidades, pero todos nuestros apuros no se resolverán en esta vida. Ten paciencia, incluso para contigo, y extiende la mano para ayudar más a los otros.

Lo conseguirás tú siendo lo mejor que puedas ser. Te lo prometo.

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